Jaume Balagueró ha encontrado una formula altamente efectiva para convertir tramas ya sobreexplotadas en historias precisas para su técnica visual y narrativa. El director español ha optado por una forma diferente y peculiar de mostrar el suspenso en los zombis, las sectas, y las casas malditas, pero manteniendo el estilo de grandes del cine de terror, como George Romero y John Carpenter.
Cuando uno analiza la efectividad de las pesadillas, las mide con su propia balanza y es allí cuando podemos entender ese talento empático que posee Balagueró para hacer suyos nuestros temores y plasmarlos en el celuloide. El denominado “Efecto Balagueró” es el resultado de su técnica, basada en la ”explicación transmutada en acción”, una firma personalizada consistente en crear una atmósfera asfixiante, evitando pecar de sobreexposición o caer en los clichés del género. Jugar con la iluminación, la fotografía, los colores o la ausencia de los mismos, puede terminar brindándole al entorno un papel protagónico, al punto de convertirse en un factor detonante de miedo.
Las obras del español no abusan de lo explícito, rebosan de ausentes, donde el terror nace de lo tácito, de la incertidumbre del nuestro entorno. Desde sus cortometrajes iniciales hasta más reciente producción, [REC], Balagueró ha optado por infundir temores con lo inesperado, demostrando que el terror no radica en explícitas escenas de sangre o destrucción, sino en la ansiedad de desconocer lo que se encuentra a solo unos pasos de distancia. (José Miguel Paiva)
SÁBADO 11
6pm Los Sin Nombre
Dir. Jaume Balagueró. España (1999) 102’. Reparto: Emma Vilarasau, Karra Elejalde y Tristán Ulloa.
Sinopsis: Cinco años después del asesinato de una niña, cuando ya su madre parecía haber empezado a estabilizarse de nuevo, una llamada telefónica vuelve a sacudir su existencia: "Mamá, soy yo... Ven a buscarme".
Crítica: El Gabinete del Doctor Caligari
Cuando uno analiza la efectividad de las pesadillas, las mide con su propia balanza y es allí cuando podemos entender ese talento empático que posee Balagueró para hacer suyos nuestros temores y plasmarlos en el celuloide. El denominado “Efecto Balagueró” es el resultado de su técnica, basada en la ”explicación transmutada en acción”, una firma personalizada consistente en crear una atmósfera asfixiante, evitando pecar de sobreexposición o caer en los clichés del género. Jugar con la iluminación, la fotografía, los colores o la ausencia de los mismos, puede terminar brindándole al entorno un papel protagónico, al punto de convertirse en un factor detonante de miedo.
Las obras del español no abusan de lo explícito, rebosan de ausentes, donde el terror nace de lo tácito, de la incertidumbre del nuestro entorno. Desde sus cortometrajes iniciales hasta más reciente producción, [REC], Balagueró ha optado por infundir temores con lo inesperado, demostrando que el terror no radica en explícitas escenas de sangre o destrucción, sino en la ansiedad de desconocer lo que se encuentra a solo unos pasos de distancia. (José Miguel Paiva)
SÁBADO 11
6pm Los Sin Nombre
Dir. Jaume Balagueró. España (1999) 102’. Reparto: Emma Vilarasau, Karra Elejalde y Tristán Ulloa.
Sinopsis: Cinco años después del asesinato de una niña, cuando ya su madre parecía haber empezado a estabilizarse de nuevo, una llamada telefónica vuelve a sacudir su existencia: "Mamá, soy yo... Ven a buscarme".
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Crítica: El Gabinete del Doctor Caligari
Una dosis única de horror fantasioso y demencia en una obra maestra del expresionismo alemán. El gabinete del Doctor Caligari, dirigida por Robert Wiene, no es una película clásica del expresionismo sólo por la indumentaria de los personajes y el papel de estos en el filme, sino también por el genial uso de claroscuros y, sobretodo, la escenografia. Este último factor combina objetos retorcidos y un tanto distorsionados, con un background de dos dimensiones compuesto por lienzos y que incluso contiene rasgos cubistas.
Por otra parte, en la película puede notarse un poco de exageración en la interpretación de los personajes. Sin embargo, sin esta sobreactuación, la vestimenta, la escenografía, y la película en sí, no transmitirían el mundo que habita en la cabeza de Alan, el demente que narra la historia. Es así como la película destaca en los aspectos ya mencionados, formando en conjunto una obra sombría y fantástica que transmite un mundo tan retorcido y deformado como la auténtica mente de su protagonista.
Por otra parte, en la película puede notarse un poco de exageración en la interpretación de los personajes. Sin embargo, sin esta sobreactuación, la vestimenta, la escenografía, y la película en sí, no transmitirían el mundo que habita en la cabeza de Alan, el demente que narra la historia. Es así como la película destaca en los aspectos ya mencionados, formando en conjunto una obra sombría y fantástica que transmite un mundo tan retorcido y deformado como la auténtica mente de su protagonista.
En godard! 20, el arquitecto Víctor Mejía le dedica un artículo a la película, destacándola por su influencia desde el plano de la arquitectura. Víctor estuvo presente antes y después de la proyección y explicó el universo de creación de Wiene. “En esta película la arquitectura toma, no sé si un papel protagónico, pero sí el de una herramienta expresiva importante. (…) Esta sensación de opresión, de ángulos agresivos, de edificios que terminan en punta o en ángulos muy cerrados, es la del demente que está contando la película”.
Destacó también las posibilidades artísticas de la cinta y –más allá de la intención de Wiene de reflejar la mente dislocada del personaje- la variedad connotaciones que se pueden sacar de ella. “(El Gabinete del Doctor Caligari) nos abre una abanico de posibilidades a los espectadores para interpretarlo de acuerdo a cómo nuestro imaginario personal nos lo permite”. (José Miguel Paiva / Isaac Vásquez)
Crítica: Los Sin Nombre
Destacó también las posibilidades artísticas de la cinta y –más allá de la intención de Wiene de reflejar la mente dislocada del personaje- la variedad connotaciones que se pueden sacar de ella. “(El Gabinete del Doctor Caligari) nos abre una abanico de posibilidades a los espectadores para interpretarlo de acuerdo a cómo nuestro imaginario personal nos lo permite”. (José Miguel Paiva / Isaac Vásquez)
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Crítica: Los Sin Nombre
Ópera prima del director español Jaume Balagueró y basada en la novela de Ramsey Campbell, Los Sin Nombre consiste en el salto del español del formato corto al largometraje, y en ella podemos apreciar como Balagueró comienza a forjar el estilo que lo caracterizará a lo largo de su filmografía: el uso de lo tácito.
Una trama dedicada al estudio de sectas secretas, pero cuyo origen y desarrollo viene envuelto de misterio, un trasfondo que se revela poco a poco. Lo que aquí crea ansiedad no es la historias de secuestros, asesinatos e ideas trastornadas, sino la incertidumbre. Dos personajes relacionados por la tragedia: la madre que, impulsada por una serie de llamadas, empieza a dudar de la muerte de su hija; un policía que intentara develar la verdad, tal vez como una forma de amilanar el dolor causado por la muerte de su esposa; un reportero que ve en este misterio una forma de redención periodística. Balagueró presenta una serie de personajes que, al igual que el espectador, se mantienen en constante espera de pistas o de algún golpe falta que den por acabada la historia o su papel en ella.
Ambiente asfixiantes, un juego de luces y sombras preciso junto a una banda sonora más que adecuada para las escenas, el mérito de los sin nombre radica en su fórmula en conjunto. Si bien algunos personajes, vienen y van sin dejar mucha huella, creando cierto vacío en la continuidad, Balagueró deja que nuestra propia locura supla esas falencias.
Los Sin Nombre explora el tema del mal encarnado y certifica que, para denotar este sentimiento, no es necesario mostrar asesinatos en masa ni escenas de mutilación y sangre (aunque el gore se ve presente en dos escenas impactantes), sino en la conciencia y en el sadismo, concepto que se ve reflejado en la última escena, donde una pistola da inicio a todo un infierno emocional. (José Miguel Paiva)
Crónica
Una trama dedicada al estudio de sectas secretas, pero cuyo origen y desarrollo viene envuelto de misterio, un trasfondo que se revela poco a poco. Lo que aquí crea ansiedad no es la historias de secuestros, asesinatos e ideas trastornadas, sino la incertidumbre. Dos personajes relacionados por la tragedia: la madre que, impulsada por una serie de llamadas, empieza a dudar de la muerte de su hija; un policía que intentara develar la verdad, tal vez como una forma de amilanar el dolor causado por la muerte de su esposa; un reportero que ve en este misterio una forma de redención periodística. Balagueró presenta una serie de personajes que, al igual que el espectador, se mantienen en constante espera de pistas o de algún golpe falta que den por acabada la historia o su papel en ella.
Ambiente asfixiantes, un juego de luces y sombras preciso junto a una banda sonora más que adecuada para las escenas, el mérito de los sin nombre radica en su fórmula en conjunto. Si bien algunos personajes, vienen y van sin dejar mucha huella, creando cierto vacío en la continuidad, Balagueró deja que nuestra propia locura supla esas falencias.
Los Sin Nombre explora el tema del mal encarnado y certifica que, para denotar este sentimiento, no es necesario mostrar asesinatos en masa ni escenas de mutilación y sangre (aunque el gore se ve presente en dos escenas impactantes), sino en la conciencia y en el sadismo, concepto que se ve reflejado en la última escena, donde una pistola da inicio a todo un infierno emocional. (José Miguel Paiva)
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Crónica
Llegué con 15 minutos de adelanto y encontré una larga cola de personas que esperaba en las afueras del Centro Cultural de España. La cita era para ver el film alemán El Gabinete del Doctor Caligari, ícono visual del expresionismo germano. Antes de la proyección el director de godard!, Claudio Cordero, junto a Víctor Mejía, colaborador de la revista con un extenso ensayo sobre la película mencionada, realizaron una pequeña presentación, que disipó las dudas de mucho de los asistentes.
Si bien, momentos antes de iniciarse la película, el ambiente del lugar era inundado por risas y bromas del público distendido, la sensación colectiva se traslado a un silencio sepulcral, cuando se inició la proyección. La musicalización generó mas de una respiración agitada y alguna expresión un tanto soez de sorpresa, pero que daba a entender que había cumplido con su función, el romper el halo de silencio y convertirlo en una sensación de miedo.
Si bien, momentos antes de iniciarse la película, el ambiente del lugar era inundado por risas y bromas del público distendido, la sensación colectiva se traslado a un silencio sepulcral, cuando se inició la proyección. La musicalización generó mas de una respiración agitada y alguna expresión un tanto soez de sorpresa, pero que daba a entender que había cumplido con su función, el romper el halo de silencio y convertirlo en una sensación de miedo.
Para la segunda película, la audiencia parecía haberse triplicado, la cola se extendía por casi dos cuadras. ¿La motivación? Los Sin Nombre de Jaume Balagueró. El terror volvió a invadir la sala, esta vez con una temática mucho menos fantástica, pero más cruda; el misterio gótico fue reemplazado por el suspenso homicida. Esta película generó reacciones divididas. Si bien algunos celebraron el estilo del español, otros criticaron su trama mientras enumeraban sus falencias narrativas, pero todos concordaron en algo: el estilo visual de Balagueró sí que surtió efecto.
Para terminar el día, la tercera función reunió a una serie de fanáticos de la música, para apreciar Neil Young: Heart of Gold. Muchos de los espectadores no dudaron en vitorear y cantar a ritmo de las canciones de este icono de la música, siendo la interpretación del tema “Heart of Gold” la que se llevó el mayor número de aplausos. Fue una velada personal con un Young que nos hizo sentir testigos de su vida, finalizando con un testimonio personal, tocando solo en un auditorio vacío, mientras los espectadores se convertían en cómplices del cantautor y mantenían el silencio, como si después de tanta euforia, en realidad no estuviesen allí. (José Miguel Paiva)
Para terminar el día, la tercera función reunió a una serie de fanáticos de la música, para apreciar Neil Young: Heart of Gold. Muchos de los espectadores no dudaron en vitorear y cantar a ritmo de las canciones de este icono de la música, siendo la interpretación del tema “Heart of Gold” la que se llevó el mayor número de aplausos. Fue una velada personal con un Young que nos hizo sentir testigos de su vida, finalizando con un testimonio personal, tocando solo en un auditorio vacío, mientras los espectadores se convertían en cómplices del cantautor y mantenían el silencio, como si después de tanta euforia, en realidad no estuviesen allí. (José Miguel Paiva)
1 comentario:
me gustoó la crónica. Pero me sorprendió más sabr quién la escribió. éxitos jm!
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